La traición y la sangre de aquel terrible día

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El 21 de agosto de 1971 se abrió una de las páginas más oscuras y sangrientas de la historia de Bolivia. Digitada por la Embajada norteamericana y los grupos empresariales ultraconservadores, el coronel Hugo Banzer asaltó el poder para instaurar la dictadura fascista.

Jorge Mansilla (Coco Manto)

(A Óscar Prudencio y “Meche” Urriolagoitia, combatientes antifascistas. In memoriam)

De golpe, la suerte del gobierno del general Juan José Torres quedó sellada a eso de las 18.30 horas del sábado 21 de agosto de 1971, cuando, en el fragor de los combates callejeros entre pobladores de La Paz y la hidra reaccionaria, la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) se sumó a la asonada fascista rompiendo un pacto de defensa que habría acordado con la Central Obrera Boliviana (COB).

A esa hora, todos los regimientos del país se habían sumado a la conjura contra el gobierno revolucionario de Torres. Todos, menos el regimiento “Colorados de Bolivia” que, al mando del mayor Rubén Sánchez, desplegó sus tropas para unirse al pueblo en las calles de La Paz.

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